Traducir a cualquier idioma (translate to any language)

miércoles, 10 de enero de 2007

Pasteras, papeleras, ecología y otras yerbas.

Mucho se habla en estos días acerca de la instalación de dos fábricas de pasta de celulosa en el litoral uruguayo, y del conflicto que ello ha generado entre el Uruguay y la Argentina.

Desde nuestro punto de vista, este es un claro ejemplo de negociación por posiciones, no por intereses.

“Con los puentes bloqueados no hay negociación”, “Botnia se va a ir, si o si”. ¿Pero donde se mencionan los intereses? ¿Se ha tomado en cuenta a todos los stakeholders?

Pensemos.

Intereses:

  • Para Uruguay
    • Recibir la mayor inversión extranjera directa de su historia
    • Crear una interesante cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos
    • Desarrollar su imagen internacional de lugar interesante para radicar inversiones
  • Para Argentina
    • No ver afectada la calidad de vida de las ciudades fronterizas con Uruguay
    • No ver afectado el valor turístico del balneario de Ñandubaysal

Stakeholders más evidentes:

  • Ciudadanos de ambos países
  • Gobiernos
  • Inversores extranjeros
  • Consumidores de los productos de estas fábricas

Un argumento que se ha manejado es que los uruguayos estamos siendo manejados por intereses espurios, que no es real que no vaya a existir contaminación, que no se generarán tantos puestos de trabajo. Esto pretende combatirse con mal manejo de la información, desconociendo que se pretende defender un balneario privado y se ataca lo mismo que se practica.

Se habla de contaminación visual, y se defiende con el bloqueo de los puentes, que produce una verdadera contaminación sicológica, impidiendo no sólo el tránsito de turistas, sino también el contacto de familiares que viven a uno y otro lado del río y poniendo en riesgo la estabilidad económica de muchas familias (no sólo uruguayas) que viven del turismo.

Mientras se negocie por posiciones, el problema no tendrá atisbo de solución.

Los intereses uruguayos sólo pueden ser contemplados con la instalación de las plantas, respetando las decisiones ya tomadas sobre la localización y beneficios fiscales.

Para los argentinos, seguramente tienen muy claro que no hay industria que no contamine. Aún la industria turística genera algún grado de contaminación. Deberán especificar que grado de contaminación es aceptable y verificar con estudios independientes y objetivos si los que producirán las plantas son aceptables. Precisamente establecer criterios independientes y objetivos para evaluar el cumplimiento de los compromisos es uno de los pilares de la negociación por intereses.

Resta decir que no estoy a favor ni en contra de la instalación de las plantas de celulosa. Sí estoy en contra de todo tipo de argumentación de una y otra parte que sólo esté basada en el “quiero que”, en lugar del “lo quiero por”. Y seguramente habrá intereses en común que permitirán encontrar la salida adecuada.

Por lo menos, así lo espero…

No hay comentarios.: